La pandemia que comenzó allá por el 2019 fue un punto de quiebre en la historia mundial y trajo consigo una serie de cambios inevitables (pero sumamente beneficiosos) para las empresas y los negocios. Estamos hablando del acelerado crecimiento del comercio electrónico que, si bien estaba en auge antes de la pandemia, incrementó significativamente su actividad.
En el año 2020, en Argentina, se registró un crecimiento anual del 79%, respecto del 2019, en ventas online. La Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) aseguró que durante el primer semestre del 2020 el e-commerce local creció un 106% y Argentina se convirtió en el país que registró mayor crecimiento a nivel global.
En este sentido, las redes sociales demostraron ser grandes aliadas para la venta online ya que, del total de las ventas realizadas, el 34% se concretaron a través de publicidades y/o publicaciones en redes sociales.
Según lo mencionado anteriormente, es posible inferir que no sólo cambió el modo en que los negocios y empresas realizan sus ventas sino que también cambiaron los hábitos de consumo de las personas. El interés por aquellos productos que pueden googlearse y encontrarse fácilmente navegando en internet creció exponencialmente. Sobre todo, si empresas y negocios ofrecen una alternativa de envío a domicilio.
En definitiva, lo que actualmente buscan los compradores es un modo sencillo y rápido de comprar sin tener que moverse de su casa. Las empresas equipadas con herramientas adecuadas como tiendas virtuales, indicadores de intención o planes de marketing correctos son aquellas que pueden satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores.
Muchas son las personas que descubrieron por primera vez las compras en línea o que aumentaron su confianza respecto a esta modalidad de compra. Se trata de nuevos hábitos, más convenientes, que definitivamente trascenderán la pandemia.
