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Cierra la Puerta al Sharenting

Subir fotos o videos de los hijos en las redes sociales puede parecer algo muy natural, sin embargo, aunque parezca un acto de orgullo, alegría y humor, puede vulnerar los derechos de los niños, niñas o adolescentes. Recordemos que un niño es titular del derecho a su propia imagen, a quien se debe respetar y proteger de la exposición pública que pueda poner en riesgo. Existen muchos artículos sobre ciberseguridad, en los que advierten a los progenitores sobre los riesgos de exponer a los hijos en redes sociales porque pueden ser objeto de pederastas, pornografía infantil, bullying en entornos sociales y escolares, y seguridad en general. Los expertos han denominado a este rastro en internet como la “huella digital”, algo que jamás desaparece y que a futuro pone en evidencia la vida, la historia y la intimidad de una persona, quien difícilmente podrá exigir borrar las imágenes en las redes sociales.

Las nuevas tecnologías han traído cambios en la comunicación que nos pueden resultar maravillosos, también debemos ser precavidos, fenómenos como el sharenting pueden poner en riesgo a quienes más queremos.

La palabra sharenting es un anglicismo que proviene de la palabra share, que significa ‘compartir’, y parenting, qué significa ‘paternidad’. Se da cuando los padres documentan lo que les sucede a sus hijos a través de redes sociales.Es una práctica habitual que no para de crecer. De hecho, no ha existido una generación con una infancia tan cargada de publicaciones como la de ahora.
Ahora bien, el hecho de que esta práctica resulta bastante extendida no impide que sea controvertida, pues hay una gran preocupación por las consecuencias que pueden surgir debido sobreexposición del menor.

Esta práctica repercute de manera negativa en las emociones de los pequeños. La mayoría de las veces que sube información de los hijos, no se les consulta. A parte de faltar a un principio ético, se les puede ocasionar daño a futuro. Al crecer y ser conscientes, pueden no estar de acuerdo o sentirse inconformes, tristes y abatidos con lo publicado. Si bien estas reacciones no siempre van a ser malas, sí pueden serlo.

● Pérdida de la privacidad: Con la huella digital que estamos gestando al compartir todo sobre nuestros hijos, estamos exponiendo una privacidad que en realidad les pertenece.

● Ciberbullying: Con el sharenting podríamos llegar a favorecer sin querer el acoso o intimidación por internet, ya que estamos facilitando el acceso a nuestra información y a la de nuestros hijos.

● Fraude: Los hijos podrían convertirse en blancos de fraude, gracias a los datos que hay de ellos en la red.

● Grooming: Podría generarse una práctica de acoso, a través de las redes sociales.

● Uso del contenido para propósitos sexuales: Podría darse el envío de mensajes sexuales a través de las redes, que incluyan el contenido que hemos publicado de nuestros hijos.

Ahora bien, no todo es malo a la hora de publicar. Subir información puede hacernos sentir más cerca de quienes queremos. Es importante mantener un buen criterio sobre aquello que hacemos público. Un criterio relacionado con los siguientes interrogantes: ¿Dónde lo publicamos?, ¿Cuáles son las políticas de privacidad del lugar?, ¿Quiénes pueden ver el contenido?, ¿estamos teniendo en cuenta los derechos de nuestros hijos? Te invitamos a reflexionar para que amplíes la conciencia sobre cuáles son tus límites a la hora del uso de las redes sociales. ¿Cuánto compartes en internet sobre las vidas de tus hijos? ¿Para qué publicar asuntos de tus hijos en las redes? ¿Con quién compartes información sobre ellos?

Si contamos con los cuidados pertinentes, podemos llegar a encontrar un equilibrio para no caer en el peligroso fenómeno de la sobreexposición de nuestros hijos en las redes sociales. Está en nuestras manos.

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